«Me gusta» Cósimo de Monroy.

00-borrachos-cosimo-alberto-reinaSupongo que no soy el primero al que le pica la curiosidad sobre cuál es la identidad de la persona que se esconde tras el blog de Cósimo de Monroy, un fenómeno a caballo entre el papel cuché y la revista cultural especializada que arrastra unos miles de seguidores en la red. Sea real o no, es un soplo refrescante y divertido cuando la nube deriva en nubarrón

Cuando el blog de Cósimo de Monroy llegó a mi pantalla por primera vez me llamó la atención la descripción de la cabecera, “Los placeres y los días”, que finaliza diciendo “…un arte de vivir y disfrutar que todos podéis poner en práctica”  Cuando leí un poco de sus entradas me pregunté: ¿todos? 01-cosimo-alberto-reina  

Resumiendo bastante, Cósimo es una especie de “bon vivant” que sólo se preocupa por cultivar y aderezar su ociosidad, regarla con buenas dosis de elegancia y acompañarse de una exquisita mesa y mejor bodega. Así, enmascarado, sube a la nube y nos narra sus lances, los de su amigo Casto o los de algún miembro de su imposible familia. Pero ni él ni los suyos son cualquier cosa. Todo menos sencillos y cercanos. Cósimo es un hedonista culto, refinado y vividor, que se tira a todo lo que se mueve y que no se corta un pelo a la hora de contarlo con humor en sus páginas.

Me recuerda a un anuncio de Martini permanente. Por uno u otro motivo se termina pinchando en su post que suele estructurar de la siguiente manera:

  • Primera parte. Una narración sobre su día a día que vertebra todo lo que viene después.
  • Segunda parte. Una exquisita y cuidada píldora cultural.
  • Tercera parte: descripción de los escenarios donde se ha desarrollado la acción, con recomendaciones a modo de guía cultural, gastronómica y de viajes.
  • Por último, los créditos.

Todo ello acompañado de unas magníficas imágenes e impecable presentación visual de su blog.

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Este casquivano de vida muelle que le da a todo o te repele o te engancha. En mi caso, Cósimo llegó a mi twitter, unas palabras cordiales y algún que otro «me gusta». Suficiente para instalarse en mi rutina de internauta. ¿Que por qué? Supongo que por su mezcla de rancio abolengo, vividor intenso y excesivo que provoca en mi una sonrisa y me hace abrir un paréntesis en la jornada para leer su último “plancósimo”, tan alejado de mi realidad que me parece de otro planeta. Y principalmente, por sus píldoras culturales, de buen conocedor (o documentado) en el mundo del arte.

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Aparte de todo esto, como dije al principio, no dejo de preguntarme por tu identidad, Cósimo. No me va la vida en ello, pero releyendo tus post imagino que has decidido escapar a esa energía oscura (ola de negatividad que asola el país) de la que hablaba Vicente Verdú hace poco a base de reinventarte y construir tu propio paraíso, tu noanoa, como cuentas en tu muy revelador plan “Cómo salir de la crisis (un rato) con Gauguin”

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Me lo pusiste “a huevo” en tu post del 9 de abril, “Las vanidades de Cósimo”, en el que se habla del caballero que se sueña a sí mismo. ¿Aún te preguntas por qué le gusta tu blog a la gente? Habrá de todo, pero a mí me recuerda a las antiguas revistas del corazón, aunque tú eres mucho más entretenido por tus conocimientos y andanzas, en las que sólo salía la aristocracia del planeta mostrando lo que ninguno llegaremos a ser. Por el lujo que destilas y que hace soñar aún a muchos y muchas (porque nunca lo tuvieron, o porque se les esfumó tras la crisis) por ser una especie de icono de “fashion victim” (aunque tus gustos vayan de clásico muy actual) o de necesitados de un  “personal shopper”. Eres como una tienda exclusiva a la que la mayoría de los mortales sólo aspiramos a mirar desde el escaparate.

Nuevamente me viene a la cabeza otro artículo de Vicente Verdú, éste más reciente, “Las revistas femeninas”, con lo que te auguro mayores éxitos en el futuro.

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¿Te preguntas cuál es tu éxito? Supongo que hacer soñar y vanalizar todo esto un poco. Porque la gente mira sus vidas, friega los platos, pasa la aspiradora o sale a buscar trabajo, está pendiente del colegio de sus hijos, del precio de la cesta de la compra, de las facturas, de cómo se tambalea su empleo, de atender a sus mayores y tú, lo mismo que en algunos desvergonzados programas de tv en que los ricos muestran su obsceno derroche e incluso se quejan de que a ellos también les va mal (porque su perro ya no lleva brillantes auténticos en el collar sino sólo cristal de swarovski), te paseas por el mundo ajeno a todo esto. Con sinceridad, prefiero imaginarte como una fantasía perfectamente caracterizada para cumplir el papel que has elegido y así te seguiré como a un Valmont en “Las amistades peligrosas”, porque si fueras real…te invitaría a abrir los ojos.

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Por lo demás, dotes no te faltan, y no me refiero a las amatorias, Cósimo de Monroy, te lo “curras” de maravilla, todo un ejemplo de branding personal y cotizado community manager, sólo hay que ver cómo te desenvuelves en los medios sociales. Ya sólo me queda invitarte a esta tierra, que bien se merece un plancósimo, aunque tal como están las cosas no sé qué marca te patrocinaría. Te recomiendo una escapada a la Feria del Caballo de Jerez de la Frontera (no dudo en que elegirás bien tu vestuario), un paseo en barco por la bahía de Cádiz, un buen fino o una manzanilla de Sanlúcar y un paseo a la tierra de Rafael Alberti, de Caballero Bonald, o Celestino Mutis. Pero te aviso, los restaurantes van a costa de tu Visa; las tabernas las pago yo.

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◊La píldora. El Puerto de Santa María y alrededores.

Alberto pasaba estos días primaverales dedicándose al disfrute del ocio y la formación en un enclave geográfico único, justo donde el río Guadalete desemboca en la costa gaditana, en El Puerto de Menesteo, Alcanatif o Santa María del Puerto, como la llamara Alfonso X El sabio.

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◊Mi plan.

cosimo-alberto-reinaCuando Alberto escribió este artículo, por recomendación expresa de su amiga Cuca, deseosa de cantarle a Cósimo lo del “gustito pa sus orejas” vestía unos Levi´s Strauss que le regaló su hermana tras un viaje a Nueva York (preguntar el precio es de mal gusto), camiseta de Springfield heredada de su sobrino y sudadera a rayas con capucha y cremallera comprada por 4 € en una tienda de segunda mano. Los deportivos son del Decathlon, igual que los calcetines. El boxer es del mercadillo de los martes (los compra por lotes a “na y menos”) Mientras escribía en su pc, fumaba tabaco de liar porque es más barato y bebía botellín de Cruzcampo bien frío comprado en el supermercado de al lado de su casa.

◊Posdata:

Claro que todo esto fue escrito en abril de 2013, cuando Cósimo aún era anónimo. Pocos meses después se dio a conocer y su web dio un giro, siendo lo que es ahora mismo (diciembre de 2014) ¿Y en un futuro?…ya veremos. Enhorabuena por tu trayectoria «Cósimo». Saludos.

◊Créditos:

Algunas cosillas que se me quedan en el tintero:

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